Inversión de impacto: La Bolsa Social y el Fondo Bolsa Social

Entrevista a José Moncada, Director General de Bolsa Social y Managing Partner del Fondo Bolsa Social Impacto

Las cosas están cambiando en todo el mundo. Cada vez hay más empresas que buscan producir un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Y cada vez hay más inversores que, además de la rentabilidad, quieren dar sentido a sus inversiones para contribuir a ese cambio positivo. 

En octubre de 2014, un equipo de profesionales entusiastas se lanzó a crear la Bolsa Social, la primera plataforma de financiación participativa autorizada por la CNMV en España, que nació con el objetivo de impulsar la inversión en empresas con potencial de crecimiento que produzcan un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente, conectándolas con esos inversores de impacto social que buscan una doble rentabilidad: la económica y de impacto.

La Bolsa Social ha financiado ya a 41 empresas de sectores muy diversos como es la tecnología para cuidar de los mayores y dependientes, la moda y la construcción sostenible, la agricultura ecológica, la educación, la movilidad y la inclusión social.

En 2019, José Moncada, fundador de la Bolsa Social, se lanzó a crear con la gestora de Afi el Fondo Bolsa Social Impacto, FESE. Es un Fondo de impacto, independiente de la plataforma de la Bolsa Social, que cuenta con 22 millones de euros para invertir en startups de impacto social positivo en España. El Fondo ya ha hecho 12 inversiones.

Hablamos con José Moncada, fundador de la Bolsa Social y Managing Partner del Fondo Bolsa Social.

Comenzaste tu andadura en la inversión de impacto con La Bolsa Social, que fue la primera plataforma de inversión de impacto social autorizada y supervisada por la CNMV en España, ¿Cómo surgió y qué razones motivaron la creación de la Bolsa Social?

La Bolsa Social (www.bolsasocial.com) surgió con la misión de apoyar empresas que quieren crear una economía más humana, que cuide de las personas y del planeta. Queríamos impulsar empresas jóvenes que buscan soluciones a los principales retos a los que nos enfrentamos como sociedad, que son el cambio climático y el crecimiento de las desigualdades, y conectarlas con inversores que buscan rentabilidad y que quieren que su dinero contribuya a generar impacto positivo. Por ello empezamos por una plataforma de financiación participativa, abierta a todo el mundo, que permite a cualquier persona invertir directamente y de manera muy transparente y democrática en empresas de impacto social. 

Desde el principio tuvimos muy claro que teníamos que hacer las cosas muy profesionalmente. Por eso fuimos la primera plataforma de inversión autorizada por la CNMV, y dedicada 100% a la inversión de impacto, con unos criterios de selección estrictos, tanto en lo financiero como en lo social.  

Fue muy innovador. Al principio, cuando hablábamos de la inversión de impacto en 2015, muy poca gente nos entendía. ¿Invertir y ganar dinero y además generar un impacto positivo en la sociedad? Costaba entenderlo entonces, pero creo que ahora todos somos más conscientes de que nuestras decisiones de consumo, ahorro, inversión y emprendimiento tienen impactos positivos o negativos en los demás y el planeta, y podemos elegir qué hacer y qué impacto dejar. 

Desde vuestros inicios, en 2014 ¿Qué balance hacéis de vuestra actividad y cuáles son las principales cifras en cuanto a número de empresas financiadas, importe invertido, número de inversores de la Bolsa Social?

Estamos contentos. En la línea de inversión de equity financiamos empresas de impacto en fase muy semilla, y hemos crecido tanto en volumen y tamaño de las rondas de inversión. Partiendo de unos comienzos modestos, ahora contamos con más de 11.000 usuarios de la Bolsa Social y 1.500 inversores activos que han canalizado 11 millones de euros a más de 40 empresas de impacto positivo (una de cada cuatro dirigida por mujeres), y algunas de ellas con rentabilidades interesantes para la inversión de impacto. Cada vez se nos unen más inversores profesionales, family offices y business angels. 

Por otro lado, llevamos ya dos años con la línea de préstamos para empresas de impacto social y entidades de la economía social, que está dando muy buenos resultados. Cualquier persona o entidad puede prestar su dinero a entidades de gran impacto social, con un riesgo medido y una rentabilidad anual que va del 4 al 7%. No veo mejor utilidad para el dinero.

En cuanto al impacto generado por las empresas de la cartera de la Bolsa Social, han impactado positivamente en la vida de 140.000 personas, han evitado 55.000 toneladas de CO2, han ahorrado 81.000 metros cúbicos de agua y han creado 150 empleos.

Sabemos que podemos hacer más y nos gustaría llegar más lejos. Por eso estamos trabajando en nuevos proyectos, como la red de inversores Orizon, el Club de Impact Angels, los vehículos de inversión semilla y otras iniciativas que queremos poner en marcha.

Y en 2019 te lanzas con el Fondo Bolsa Social. ¿Cuáles son las diferencias entre la Bolsa Social y el Fondo Bolsa Social? 

En 2019 me uno con los socios de Afi para lanzar a través de su gestora, Afi Inversiones Globales, el Fondo Bolsa Social . Es un fondo de impacto que cuenta con 22 millones de euros para invertir en el capital de empresas de impacto social y medioambiental positivo que se encuentran en fases seed y pre series A. 

Aunque colaboran y comparten la misión de impacto, la plataforma de la Bolsa Social y el Fondo Bolsa Social son dos entidades distintas y separadas. Tienen equipos, órganos de decisión y gobernanza separados e independientes. Yo las veo como dos entidades complementarias, en la medida en que se dirigen a diferentes grupos de inversores y empresas en fases ligeramente distintas. Así como la Bolsa Social está dirigida a inversores particulares y business angels, el fondo está dirigido a inversores institucionales. Entre los inversores del Fondo tenemos a entidades financieras, mutualidades, aseguradoras, planes de pensiones de empleo, family offices y fundaciones. Apenas hay particulares, aparte del equipo y los socios de Afi que han invertido en el Fondo.

¿Cómo funciona el Fondo Bolsa Social?

Con el Fondo buscamos invertir tickets de entre 100.000 y 1 millón de euros en empresas españolas en fases tempranas que tengan gran potencial de crecimiento y una clara misión de impacto positivo. 

Tomamos participaciones minoritarias en el capital de estas empresas con la intención de acompañarlas y apoyarles en su crecimiento. Estamos con ellas entre 4 y 7 años, y después desinvertimos. Les ayudamos a medir y gestionar su impacto, les apoyamos en la estrategia financiera y comercial y les asesoramos estando presentes en sus consejos de administración. Invertimos para contribuir a generar impacto positivo, y por eso es fundamental el apoyo que podamos dar a nuestra cartera de participadas.

¿En qué tipo de empresas y en qué sectores invierte el Fondo? ¿Cuáles son algunos de los proyectos de los que os sentís más orgullosos de haber participado?

Nos centramos en cinco grandes retos sociales: cuidar de la salud y el bienestar de colectivos vulnerables, como son nuestros mayores y las personas dependientes, mejorar la calidad de la educación, transitar hacia una economía sostenible, apoyar soluciones que nos ayudan a luchar contra el cambio climático y generar oportunidades y cohesión social.

Nos sentimos orgullosos de todos los proyectos que hemos apoyado y de sus promotores. Si me obligas a hacerlo, puedo destacar Tucuvi, por ser tecnología de alto impacto positivo aplicada al cuidado de nuestros mayores y enfermos; Sepiia, por aplicar la innovación en la moda sostenible de una manera integral y coherente; Qida, por poner el cuidado de calidad de la persona dependiente en el centro de sus desvelos; Nostoc Biotechnologies, por apostar por la innovación para desarrollar biofertilizantes y protectores basados en microorganismos para desarrollar una agricultura más respetuosa con el planeta, y más que me dejo en la guantera con soluciones de educación, economía circular, movilidad sostenible, etc…

En las inversiones de impacto es importante ser capaces de medir el impacto de las empresas de forma adecuada, y que el inversor conozca la transformación positiva que está ayudando a crear con su inversión. ¿Cómo lo hacéis desde el Fondo de Impacto de Bolsa Social?

Para nosotros, la medición y la gestión del impacto es una pieza clave. Nuestros inversores buscan obtener una rentabilidad justa y que contribuyamos a generar el mayor impacto positivo. Por eso es fundamental que podamos medir adecuadamente el impacto de nuestras participadas y que intentemos maximizarlo. Usamos estándares internacionales de medición de impacto, como son las guidelines de la EVPA, el Impact Management Project, o el catálogo de Iris+ de la Global Impact Investing Network (GIIN).

Para empezar, con cada una de las empresas trabajamos su Teoría del Cambio: tratamos de entender bien cuál es el reto social al que se enfrentan, qué soluciones proponen, quiénes son los beneficiarios, cómo de profundo y extenso es el impacto, cuál es la contribución específica de las soluciones de la empresa, y los riesgos de que ese impacto no se produzca. Para medir el impacto identificamos al menos tres indicadores específicos, procurando que estén centrados en el resultado o el impacto de la acción y que procedan de un catálogo internacionalmente admitido. Establecemos objetivos anuales para cada indicador de impacto de cada una de las empresas, que monitorizamos trimestralmente con cada participada. Ligamos una parte del salario variable de los CEOs de las participadas a la consecución de los objetivos de impacto. Para reforzar la solidez del sistema de medición, cada año un tercero independiente valida el impacto generado por nuestras participadas. También medimos y tratamos de minimizar las externalidades negativas de nuestra cartera a través del seguimiento de las Principales Incidencias Adversas en materia de Sostenibilidad (PIAS). Es un proceso delicado, al que dedicamos mucho esfuerzo, que aporta gran valor a nuestra cartera y a nuestros inversores. 

¿Cómo valora la Iniciativa de Impacto Social creada a través de Fond-ICO Pyme de AXIS, la sociedad de capital riesgo del ICO, y recientemente ampliada en 50 millones de euros más?  

El ICO a través de Axis ha sido pionero haciendo una apuesta decidida por la inversión de impacto en España. Es de justicia reconocer el enorme impulso que ha supuesto para un sector como el de la inversión de impacto, que está dando sus primeros pasos en España. El equipo de Fond-ICO ha demostrado un gran compromiso y profesionalidad en todo momento, manteniendo una línea exigente de apoyo a la inversión de impacto. Han apostado con acierto por los principales actores del sector, siendo muy vigilante de la calidad e integridad de los vehículos de inversión de impacto que han apoyado. Eso solo puede ser bueno para el sector. La ampliación de la dotación de Fond-ICO con 50 millones adicionales es una excelente noticia que rubrica el compromiso del ICO con la inversión de impacto. 

¿Cómo ve la situación de los Fondos de Impacto en España?. ¿Qué aportación crees que pueden hacer a la financiación empresarial?. ¿Existe sensibilidad y apetito inversor por parte de los inversores en este tipo de empresas?

Aunque el sector es reciente y todavía queda mucho por hacer, creo que existen varios actores reconocidos que ya pueden mostrar un track record, y están creciendo. Cada vez más inversores deciden incorporar en su cartera de inversión vehículos de inversión de impacto. Es natural y responde al cambio de mentalidad, a una mayor toma de consciencia de las consecuencias de nuestras decisiones de inversión. Creo que debemos permanecer vigilantes con los desafíos que tenemos en el sector, como es profundizar en la profesionalización e internacionalización, y preservar la integridad de la inversión de impacto, que vemos amenazada por el impact washing.

En este sentido, es muy importante la labor que está haciendo SpainNab, como asociación representante de la inversión de impacto en España. Recientemente ha publicado un importante paper sobre la definición de la inversión de impacto y la adicionalidad. También tenemos una gran oportunidad de dar un gran impulso al sector con los nuevos recursos públicos procedentes del Fondo de Recuperación, Transformación y Resiliencia destinados a apoyar el desarrollo de la inversión de impacto. Estamos en un gran momento para el sector en España.

Y ahora, una pregunta en un terreno un poco más personal…has desarrollado gran parte de tu carrera profesional en el ámbito de la política financiera nacional y europea en organismos como el Tesoro Público, la Comisión Europea o la Autoridad Europea de Mercados y Valores. ¿Qué motivó tu decisión a dejarlo todo y fundar la Bolsa Social?

Siempre he dicho que yo era un emprendedor social atrapado en el cuerpo de un eurócrata. Mi paso por el Tesoro, la Comisión Europea y ESMA me permitió desarrollar un sentido de servicio público y conocer el sector financiero desde el ángulo del interés general. Fui testigo privilegiado desde Bruselas de la crisis financiera de 2008, que demostró que buena parte del sector financiero estaba totalmente desalineado con la economía real, la prosperidad compartida y la sostenibilidad. Fueron años intensos que me hicieron replantearme el sentido de muchas cosas.

Trabajando en París, en la Autoridad Europea de Mercados y Valores, tuve la oportunidad de conocer varios emprendedores sociales con proyectos empresariales apasionantes, verdaderamente transformadores, y también conocí inversores de impacto. Pensé que debía existir un espacio financiero donde se encontrasen, una Bolsa Social. Ocurre que cuando una idea es poderosa y te atrapa, poco puedes hacer, ¡aunque seas un funcionario europeo!, así que dejé el sector público europeo para volver a España y lanzarme a emprender y crear la Bolsa Social a finales de 2014… et voilà!. Ha sido un gran proceso de aprendizaje continuo – cada día sigo aprendiendo – y estoy muy agradecido a todas las personas e instituciones que apoyaron a la Bolsa Social en estos 8 años. Pero lo mejor está por venir.