García de la Cruz, 150 años elaborando aceite de oliva virgen extra

Pequeño negocio familiar que se ha convertido en  una de las empresas con mayor proyección y desarrollo exterior en el mundo del aceite

Aceite García de la Cruz es una empresa familiar que desde 1872 ha plantado y cuidado sus olivos y se ha dedicado a cuidar la calidad del zumo que de ellos se obtiene: el aceite de oliva virgen extra. Cinco generaciones de aceiteros mejorando la calidad de su aceite, que ha conseguido pasar de ser un pequeño negocio familiar a una de las empresas con mayor proyección y desarrollo exterior en el mundo del aceite.

En la actualidad esta empresa riega con sus aceites los 5 continentes, llegando a más de 40 países, siendo sus principales mercados Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania, Chile, Perú, Italia y Francia.

Hablamos con Fernando García de la Cruz Pascual, uno de los dos directores, junto a su hermano Eusebio, de Aceite García de la Cruz, que acaban de recibir el Premio del Club de Exportadores e Inversores en la Categoría “Empresa española de tamaño pequeño o mediano con una destacable proyección internacional» 

¿Cómo y cuándo nace el proyecto Aceite García de la Cruz?

Este proyecto, realmente nació a finales del siglo XIX, ya que ese fue el origen de lo que podíamos  denominar nuestra empresa, la cual ha pasado por 4 generaciones hasta llegar a mi hermano y a mí, que ya representamos la 5ª, siempre en manos de la misma familia. Pero el proyecto de internacionalización surgió a finales del siglo pasado, en los 90. Ahí fue cuando mi hermano y yo decidimos que teníamos que dar un salto si queríamos hacernos un hueco en este negocio. A principios de los 2.000, cuando tomamos la dirección activa de la empresa ya habíamos realizado alguna pequeña exportación internacional, pero desde este momento comenzamos a poner nuestro foco en los mercados internacionales, ya que el mercado español estaba copado por las grandes marcas y había muy poca capacidad de maniobra. En cambio, el exterior ofrecía muchas oportunidades que encajaban con nuestra estrategia de negocio y de marca. Desde entonces, nuestro foco ha sido la exportación, llegando a representar el 70% de nuestra facturación.

En estos años de historia la empresa ha experimentado una evolución y crecimiento empresarial constante, ¿Cuáles han sido las claves de este progreso? ¿Cómo ha logrado una pequeña empresa familiar, evolucionar y convertirse en lo que es hoy en día?

Las claves de este progreso, como siempre sucede, ha sido y es el trabajo duro. Esto no es un tópico, es una realidad. Muchas horas de trabajo en todos los sentidos: prospectando mercados, realizando análisis de negocio, buscando financiación, acudiendo a ferias internacionales, misiones comerciales, adaptando todas las instalaciones a las exigencias de cada nuevo cliente que llegaba y lo más importante cuidando nuestros olivares igual de bien que lo hicieron nuestros antepasados. Esto es fundamental para tener la mejor materia prima.
No ha sido un camino nada  fácil, pero si ha valido la pena.

García de la Cruz tiene sus olivares ubicados en las estribaciones de los Montes de Toledo y el cultivo ecológico representa el 100% de vuestra producción. ¿Qué características tiene vuestro producto y qué le diferencia de otros aceites?

Gran parte de nuestros olivares pertenecen a la Denominación de Origen Protegida Montes de Toledo, cuya variedad representativa es el cornicabra. Este varietal tiene unas propiedades organolépticas y físico-químicas extraordinarias, además cuenta con altos niveles de polifenoles y oleocantal, que otorgan al aceite de oliva virgen extra gran parte de las propiedades saludables que tiene, aunque también cultivamos otros varietales. Por lo que el buen manejo del campo y el cuidado adecuado de cada árbol es muy importante para tener aceite de alta calidad. Si lo unimos a una molturación adecuada y un almacenamiento correcto, son las llaves maestras para obtener un aove diferenciado.

Nosotros llevamos haciendo esto más de 150 años, por lo que la experiencia es un punto a favor de nuestros aceites. 

El hecho de tener todos los olivares en producción ecológica, además de formar parte de otros proyectos relacionados con la sostenibilidad y con el respeto por la biodiversidad, es un valor intangible muy potente, no solo por el valor que le dan a nuestro proyecto global, sino por lo que aportan al medio ambiente en general,.

Aceites García de la Cruz es una empresa puntera en exportación internacional de sus aceites, con sede en España y Estados Unidos ¿Cómo empieza la aventura de la internacionalización? ¿A cuántos países llegan vuestros productos? ¿Fue fácil establecer las redes de distribución?

Uff… Como comentaba anteriormente no es nada fácil, se necesitan muchos recursos y trabajar muy duro. Además, cada vez la burocracia es mayor y la situación internacional no ayuda mucho. En nuestro caso la internacionalización de la empresa fue casi una necesidad. El mercado español estaba completamente saturado y con unos precios a derribo, por lo que era necesario salir fuera, donde había muchas más oportunidades y los márgenes eran algo mayores. 

Nuestros productos se han comercializado en más de 40 países, aunque actualmente nuestros  principales mercados son EEUU y Japón, destacando también nuestra presencia en Alemania, Perú, Chile o Rusia.

Las redes de distribución son un punto muy complejo. Hace años era mucho más fácil llegar a la gran distribución, la competencia no era tan fuerte como ahora. En la actualidad se ha vuelto muchísimo más complejo debido a la fuerte competencia que existe, sobre todo en los mercados más maduros y a las fuertes tasas que se imponen.


Aceites García de la Cruz acaba de recibir el premio del Club de Exportadores e Inversores por su destacable proyección internacional y ha recibido bastantes premios más a lo largo de la historia por la calidad de sus aceites, ¿Qué significan estos premios para vosotros y en qué medida afectan positivamente a vuestra empresa?

Por muchos premios que hayamos recibido, cada vez  que obtenemos  uno nuevo nos alegra igual que el primero. Al final, un premio es el reconocimiento a tu trabajo por parte de un tercero ajeno a tu empresa y eso siempre es de agradecer. En García de la Cruz, tenemos  un centenar de premios nacionales e internacionales a la calidad del aceite, a la sostenibilidad, a la producción, a la actividad exportadora…estos premios provienen tanto de instituciones públicas como privadas y todos han aportado algo. Sin lugar a dudas, son la mejor carta de presentación frente a nuestros clientes.

En numerosas ocasiones Aceites García de la Cruz ha solicitado financiación ICO a través de la Línea ICO Empresas y Emprendedores y la Línea ICO Exportadores. ¿nos podéis decir en que proyectos habéis utilizado nuestra financiación y que os ha posibilitado? 

Las líneas de financiación ICO se han utilizado para dos líneas estratégicas de la empresa: En primer lugar, la compra de aceite. Esto nos ha permitido la ampliación de nuestro volumen de negocio, alcanzando la cifra de facturación de cien millones de euros; En segundo lugar, para la mejora y modernización de nuestras instalaciones. Hemos realizado una ampliación del almacén y de la bodega bastante importante. Además, esta última está prácticamente digitalizada.

¿Cuáles son vuestros planes de futuro?

Los planes de futuro que tenemos son numerosos, habrá que ir poco a poco. Nuestro objetivo principal es seguir creciendo en los mercados en los que estamos consolidados y consolidarnos en el resto. 

Además, otro reto, no solo para nosotros sino para todo el sector es poder vender con márgenes más cómodos y no con los que se trabaja actualmente. Y por supuesto la educación al consumidor, fuera de la cuenca mediterránea el consumo del aceite de oliva está muy poco extendido porque es un producto desconocido, de ahí que educar y formar al consumidor sobre las propiedades y usos del AOVE, sea un reto fundamental para aumentar el consumo de este producto. 

La inteligencia artificial es otro de los grandes planteamientos actuales y nos gustaría también, al menos, estar familiarizados con las aportaciones que esta herramienta puede ofrecer al aceite de oliva y a nuestros procesos.

Si es cierto que en este momento el futuro es un poco incierto. Es un momento muy convulso a nivel internacional: la guerra de Ucrania y el conflicto en el mar rojo, dificultan, encarecen y retrasan el transporte, limitando con ello las operaciones. Además los precios del aceite de oliva se encuentran en una situación delicada, debido a que se encuentran en un máximo histórico. Pero estos baches, son un gran aprendizaje, cara el futuro.